Debajo de las sabanitas
A la hora de tener sexo, cada quien tiene sus preferencias y las hay muchas. No me refiero a preferencias que tengan que ver con la orientación sexual, sino más bien con qué nos gusta (o no nos gusta) hacer y que nos hagan sexualmente hablando.
Más interesante todavÃa, ¿qué es lo que le da forma a estas preferencias tan individuales? Aparentemente, la personalidad juega un rol bastante importante en este aspecto y Ashley Peterson, psicóloga en la Universidad Estatal de Nueva York, realizó un estudio al respecto, examinando cómo una baterÃa de rasgos (de personalidad) predecÃa preferencias por la masturbación, asà como por el sexo vaginal, oral y anal.
Me imagino que más de uno se estará diciendo lo mismo que yo: “Aguanta, hay muchas más cosas que se pueden hacer sexualmente más allá de la masturbación y las distintas variaciones de penetración y estimulación, ¿no?”. Por supuesto que sÃ, pero aún asÃ, estas nos sirven de base como para darse una idea general (¿o básica?) de qué tan abierta (dispuesta) o cerrada (no dispuesta) esté una persona a experimentar con la variedad en el sexo.
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